El vínculo afectivos educador-niño, un vínculo importante en la primera infancia

La semana pasada, leí un artículo que discutía la importancia del vínculo maestro-niño durante el horario escolar. Este vínculo de apego es tan importante que repercute directamente en los resultados académicos de los niños. No estoy de ninguna manera sorprendido por este resultado. La relación que se establece con un hijo es la base de todo. Ya seas profesor, educador o padre, la relación que establecerás con los niños estará íntimamente ligada a la colaboración de estos últimos, pero también a una disciplina positiva y sobre todo tranquilizadora.
Amplié mi pensamiento para hacer una conexión con la relación de apego que tienes con los niños de tu grupo. ¿Qué importancia le das? ¿Cómo puedes desarrollar un vínculo de apego con los niños de tu grupo?
Vínculos afectivos en la primera infancia
Un poco de teoría… Primero, el vínculo de apego es un concepto que fue desarrollado hace varias décadas por John Bowlby. Según él, todos los humanos necesitan tener vínculos afectivos con al menos una persona a su alrededor para poder desarrollarse. Esta persona debe protegerlos de manera constante y sostenible. Para un niño, esta persona de apego constituye la base emocional a la que puede acudir en caso de angustia.
Generalmente, un padre representa la base del apego para un niño. Sin embargo, cuando el progenitor del niño no está presente, éste debe poder recurrir a una persona secundaria con la que tenga un vínculo afectivo tranquilizador y estable. Esta persona podrá consolar, proteger y consolar al niño en caso de angustia. Bowlby ha desarrollado cuatro (4) tipos diferentes de apego: apego ansioso-evitativo (las demandas del niño son respondidas con agresión, rechazo o ignorancia del adulto), apego seguro (responde consistente y apropiadamente a las demandas del niño), apego ansioso-ambivalente (las reacciones a las demandas son impredecibles; la respuesta del adulto puede ser entonces agresiva o amorosa y varía de vez en cuando) y apego ansioso-desorganizado (el adulto es desorganizado e incluso puede maltratar al niño, este tipo de apego está presente en los llamados familias disfuncionales).
Con lo descrito y explicado anteriormente, ahora comprende la importancia de establecer un vínculo seguro de apego con los niños.
Tome su tiempo. Con algunos niños, el vínculo de apego será fácil de establecer. Con otros, el establecimiento de este vínculo será más largo y complejo. Es importante saber que un niño que ha experimentado varias rupturas de apego será más reacio a crear un nuevo vínculo de apego. Para él, puede ser doloroso encariñarse con un adulto. Se paciente. Tendrás que estar doblemente alerta con respecto a tu marco seguro, tu constancia y tu coherencia.
Establecer un marco estable y firme con los niños. Un adulto cariñoso puede decir “no” y establecer un marco para los niños. Para este último, un marco es tranquilizador. Suelo utilizar la expresión “mano de acero en guante de terciopelo”, porque representa perfectamente cómo se debe ser con los niños: firme, pero imbuida de amor y cariño por ellos.
Tenga en cuenta las 5C de las reglas. Para que las normas sean comprensibles por todos y sobre todo tranquilizadoras, las normas deben ser claras, constantes, coherentes, consistentes y concretas. Como se explicó anteriormente, un entorno educativo estable es un punto de partida importante para establecer una relación de apego.
Crea una relación. Discuta con los niños, tómese el tiempo para escucharlos, interésese por ellos. Una relación se construye poco a poco. Todos los días, da pasos en esta dirección. Reconozca los éxitos de los niños y proporcione refuerzos positivos con la mayor frecuencia posible.
Para muchos, la relación de apego se establece instintivamente, es decir fácilmente, sin ningún esfuerzo. Sin embargo, si sientes que es un poco más difícil, aplica rigurosamente los consejos mencionados en este artículo. Una relación de apego saludable con el “padre sustituto” que eres para los niños es tan importante que merece tu atención.